El pasado viernes 13 de octubre estaba paseando por el Retiro, cuando al
llegar al Palacio de Cristal me topé con una exposición de la artista
colombiana Doris Salcedo.
Esta instalación ocupa el palacio entero. El suelo (que es abrasivo, lo que
obliga a entrar con patucos) está cubierto de nombres. Se encuentran repartidos
por toda la superficie de manera uniforme, con espacios para caminar entre
ellos. Pero no están escritos de forma permanente: están hechos de gotas de agua,
que al rato son absortas de nuevo por el suelo. Las huellas permanecen visibles
unos minutos, pero antes de desaparecer por completo se les superpone otro
nombre que se va formando por las gotas poco a poco.
La importancia de la exposición está en los nombres: son las personas que
han muerto ahogadas tratando de cruzar el Mediterráneo hacia Europa, que son
recibidas por nuestra sociedad con nada más que indiferencia casi involuntaria.
La finalidad de esta instalación es no sólo visibilizar este horrible
hecho, sino también devolverles a estas personas su humanidad. ¿Cómo? Mediante
el duelo. La artista considera que es la acción más humana que hay, y que a
través de ella podemos restituir la dignidad que les arrebatamos a estas
personas con nuestra inacción.
Me pareció una obra de arte preciosa, melancólica y del tipo que te deja
con mucho en lo que pensar. Me gustaría ver más exposiciones de esta artista.
Comments
Post a Comment